Episode 5: English translation
Nota del editor: Este artículo contiene breves menciones de violencia y agresión sexual.
Osvaldo Durruthy pisó suelo estadounidense por primera vez en junio de 1980. Vino a los EE. UU. desde cuba como parte del éxodo de Mariel.
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Después de llegar a Key West, Florida, probó por primera vez una manzana y tuvo su primera experiencia verdadera con un buffet del que podía comer todo lo que quisiera. Poco después, lo enviaron a la base militar de Fort McCoy en Sparta. Una vez que llegó allí, se dio cuenta enseguida de que iba a vivir en un cuartel militar.
“Recuerdo el primer día que llegué a Fort McCoy en Wisconsin”, dice Durruthy. “Bajábamos de los autobuses y todos intentaban correr para conseguir una habitación en las barracas porque había… cuatro habitaciones y el resto era todo abierto. Así que la gente trataba de correr a una habitación”.
Una vez que Durruthy reclamó su cama, vio algo afuera.
“Vi en la calle algo que parecía un refrigerador”, recuerda. Y le digo a un muchacho, “Mira. Agarremos el refrigerador y pongámoslo aquí, así podemos tener cerveza fresca”.
“Y esa noche me di cuenta de que era demasiado grande para ser un refrigerador. Y me llevé la sorpresa de mi vida”, dice riéndose.
Era un inodoro portátil.
Para refugiados cubanos como Durruthy, era apenas el principio de una experiencia iluminadora en Wisconsin.
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